Bitácora semana 3
Aprendiendo a aprender
Como de costumbre, los lunes son un gran reto, especialmente cuando tienes siete horas de clase seguidas. Sinceramente los domingos en la tarde siento un poco de miedo, es el primer día de la semana y siempre termino rendida. Sin embargo, la última clase del día resulta ser tan dinámica que es un tipo de terapia. Así pues, para la clase del 08 de febrero del curso Información y Documentación teníamos la tarea de incluir en nuestras bitácoras nuevo material, videos que resultaron ser muy reflexivos en cuanto al poder de la red. De esta manera, mi curiosidad por el propósito central de las bitácoras continuaba presente. Es verdad que me gusta mucho escribir y leer, pero debo aceptar que por la costumbre de escribir estructuradamente ensayos y reseñas, tiendo a esperar instrucciones claras para los ejercicios. Para la segunda bitácora de la clase hice un gran esfuerzo por romper con la literalidad y busqué integrar nuevas perspectivas sobre lo aprendido en clase y sobre los respectivos videos. Sin embargo, aún contaba con la duda del propósito central o la orientación que debía tomar el ejercicio. Por lo cual, no conté con la valentía de ser leída una segunda vez, es verdad que es como estar desnudo frente a los demás.
De esta forma, de las tres bitácoras que leímos me llamó mucho la atención la de Micaela. Admiré mucho su precisión y orden a la hora de escribir, considero que tiene un estilo estructurado que me gusta mucho. Aunque no fue tan sentimental como las bitácoras que leímos en clase la semana anterior, fue muy pertinente con lo visto en clase y, además, integró los materiales adicionales que nos compartió el profesor Juan Sebastián Cobos. Ahora bien, a partir de este ejercicio de lectura, reiteré el hecho de que todos tenemos diferentes visiones de cada situación y, por ende, guiamos nuestras bitácoras de distintas maneras.
A partir de este ejercicio, el docente finalmente procedió a responder mi cuestión sobre el objetivo principal de la bitácora. En efecto, existen cuatro niveles para procesar información. El primero es el literal, el cual apela a la información explícita y a la capacidad de observación y memoria. En este nivel no hay interpretaciones. El segundo nivel es el inferencial, el cual conlleva a concluir, interpretar y deducir. En este punto se acude a la información implícita. El tercer nivel es el intertextual, en donde se busca vincular múltiples textos entre sí, mientras son interpretados sus objetivos. Finalmente, el nivel analítico, crítico y propositivo apela al pensamiento crítico. En este punto se busca considerar más opciones y visiones frente a cada material, sin limitarse a estar de acuerdo con esta. Así mismo, el objetivo es tener en cuenta más variables, sin quedarse con la información básica o literal.
Teniendo en cuenta esto, supuse que el objetivo de presentarnos estos niveles es impulsarnos a llegar al último por medio de las bitácoras. Así pues, el profesor aseguró que el objetivo de la clase es aprender a aprender. De esta manera, entendí que la libertad que nos había dado en las primeras dos bitácoras era para cuestionar y evaluar nuestros modos de interpretación de la información, de escritura y de correlación de textos.
Ahora bien, la clase continuó con el ejercicio de retención y documentación de información a partir del video Cómo discutir sin dar vergüenza ajena. Este expone diversos tips para debatir de manera racional y estratégica a partir de un ejemplo de entrevista a un personaje político en la televisión nacional. Algunos de los consejos eran identificar presuposiciones y sacarla a la luz, ponerse en una posición cómoda, responder pregunta por pregunta, asegurarse de que entiendan mis ideas, entre otros. La idea era anotar la mayor cantidad de tips para luego compartirlos en la clase. Ahora bien, luego de que intentamos compartir un consejo diferente cada uno, evidenciamos como estábamos en el nivel literal para procesar información. Siendo así, podríamos relacionar estos tipos con experiencias personales, situaciones a las que lo podemos aplicar o incluso textos que logremos correlacionar. A partir de esta reflexión culminamos la clase con la claridad de la importancia de tener un pensamiento crítico durante todas las clases, para así, poder trascender con lo aprendido.
Posteriormente, el miércoles 10 de febrero comenzamos la clase con la retroalimentación sobre el control de lectura. Durante esta actividad nuevamente evidencié como cada persona interpreta la misma información de maneras diferentes y a su vez, lo documenta y expresa de diversas formas. Ahora bien, en cierta medida encontrábamos consensos sobre las definiciones y respuestas a las que cada uno llegó.
A partir de este ejercicio el profesor nos mostró cómo en anteriores cursos sus estudiantes elaboraron un cuestionario de preguntas con respuestas de tipo opción múltiple con base en las lecturas del control de lectura. Siendo así, en grupos de tres personas tuvimos que seleccionar uno de los textos, elegir una cita y formular una pregunta al respecto. Así mismo, elaboramos las posibles respuestas. Durante este ejercicio consideré la posición de los profesores a la hora de realizar las evaluaciones o parciales. En efecto, para lograr cuestionar algo y tener certeza de la respuesta correcta se debe haber procesado la información desde el nivel analítico, crítico y propositivo. Fue aquí cuando tuve en cuenta que el pensamiento crítico es necesario siempre, no únicamente a la hora de aprender en las clases de la universidad. A la hora de relacionarnos, de vivir, de comprar, de absolutamente todo. Hemos normalizado todo, incluso nuestras posiciones sociales. Hemos asumido que las cosas y pensamientos son como están dados, sin evaluar el trasfondo que puede implicar. No consideramos si quiera nuestro entorno, la vida y retos de los demás.
Para una exposición que tendré el martes 15 de febrero para la clase Procesos Sociopolíticos de América Latina, leí el texto La Guerra Contra las Mujeres (2013) de Laura Segato, particularmente el primer capítulo La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. Territorio, soberanía y crímenes de Segundo Estado. Pese a que es un texto de índole muy política, ya que es para una clase de quinto semestre de Relaciones Internacionales, pone en cuestión el rol de la mujer en la guerra. Su cuerpo es entendido como un instrumento para imponer autoridad y la supremacía del patriarcado.
“La lengua del feminicidio utiliza el significante cuerpo femenino para indicar la posición de lo que puede ser sacrificado en aras de un bien mayor, de un bien colectivo, como es la constitución de una fratría mafiosa. El cuerpo de mujer es el índice por excelencia de la posición de quien rinde tributo, víctima cuyo sacrificio y consumición podrán más fácilmente ser absorbidos y naturalizados por la comunidad” (Segato, 2013, p. 46).
Lo más curioso de todo, es como es normalizado por las propias instituciones gubernamentales de Ciudad Juárez, en México. Esto me hizo pensar en que somos nosotros mismos, no solamente los actores estatales, quienes hemos aceptado este tipo de violencia y de diferencias de género, lo que ha llegado al punto de trascender como prácticas fundamentales en ámbitos políticos y sociales. El poder de los senadores y congresistas no resulta ser aceptado igual a menos de que haya un cuerpo de una mujer vulnerado de por medio.
El trasfondo y análisis que este texto merece es mucho más profundo, sin embargo, el punto al que quiero llegar es a la importancia de aplicar el pensamiento crítico en absolutamente todos los niveles y acciones de nuestra vida. Desde la lectura de documentos, la creación de preguntas académicas, hasta nuestras relaciones interpersonales. Los roles que tomamos y posiciones o prácticas que hemos normalizado. Realmente es justo y necesario evaluar el trasfondo de cada pensamiento, idea o hecho para así, cuestionar en miras de mejorar nuestra sociedad. Es crucial empezar a aportar nuestro granito de arena.
Referencias:
Segato, R. Laura. (2013) La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juarez. Territorio, soberanía y crímenes de segundo estado. 5- 51.
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